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México, 7 de febrero, 2000
Mis diarios me sorprenden. La memoria todo lo condensa y ordena, y tantas cosas las había olvidado. Hoy comprendí que lo que escriba sobre mi presente tiene que ser igual, un diario.
México, 15 de febrero, 2000
Recordé los diarios de Omama que he traído a México. Cuando revisé las cosas de la casa los conservé todos. ¿Por qué no pensé en ellos antes? De nuevo me sorprende la necesidad de mi abuela de registrarlo todo, antes de que la memoria lo transforme. Al leerlos tuve la sensación de que el libro tenía que existir, que no podía haber sido de otra manera.
En estos años Omama ha ido perdiendo la memoria como si dejara en mis manos el contar esta historia.
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